jueves, 30 de julio de 2015

Me dicen que la poesía ya no vende


Me dicen que la poesía ya no vende

Me lo dicen en la librería de aquí, de allá.
Me lo dice la chica del mostrador.
Me lo dice un plomizo dependiente.
Me lo dice un  aburrido subordinado.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que los poemarios, los libros de poesía,
han quedado relegados en un rincón
como hinchados cadáveres de un holocausto,
como desechos nucleares de una guerra pasada.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que sólo los poetas buscan libros de poetas.
Que sólo los poetas a los poetas leen.
Que los poetas somos necios e impertinentes.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Que la poesía en el papel
tuvo, como la leche, una fecha de caducidad,
tuvo, como mi abuelo, una austera inhumación.
Me dicen que lo de hoy, lo de ahora,
son los best sellers, los top ten,
las novelas que se hicieron película,
las películas que se harán novela.

Me dicen que la poesía ya no vende.
Y a mí me vale un pito.
Compró todos aquellos polvosos libros
y sonrío con la sonrisa de un caníbal.


domingo, 10 de mayo de 2015

Ni un sólo instante (Soneto)



Ni un sólo instante...

Ya nada es mío... ni estas manos mías.
Cada vez que doliente me incorporo,
advierto que mi alma con azoro
también se fue al mirar cuando partías.

Perennes son mis noches y mis días,
mucho es lo que padezco, lo que lloro,
la vida se me va por cada poro,
mi carne se consume en agonías.

¡Cuánto te extraño!, ¡cuánto, amor, te extraño!
Aunque las horas pasen sin sentido
y transcurran los meses, año a año.

Aunque traiga la muerte su estandarte
y me lleve a las huestes del olvido.
¡Ni un solo instante dejaré de amarte!


martes, 19 de agosto de 2014

De los pies a la cabeza (Soneto)


De los pies a la cabeza

Desde tu pelo de fugaz estrella,
tu frente de nereida entronizada,
tus ojos con su angélica mirada,
hasta tu boca de sabor grosella.

Desde tu cuello de sutil doncella,
tus senos de soberbia y blanca hada,
tu cintura de esfinge cincelada,
hasta tus pies sin mácula o querella.

Con la pasión que rige el pensamiento,
con los humildes versos de mi ser
y letras de romántica entereza.

Te lo digo con todo sentimiento,
te lo confirmo, cándida mujer:
te amo de los pies a la cabeza.



A mi Madre (Soneto)


A mi Madre

Madre, geometría de la vida,
perfecto círculo de astral belleza,
sólo en ti quiso la naturaleza,
resguardar su oro y su riqueza ardida.

Madre, boyante huerta florecida,
remanso inagotable de terneza,
dueña del fuego de la sutileza,
dueña del agua de la bienvenida.

Tus ojos en mis ojos ya reflejas.
Inquieta mi alma de tu pecho bebe.
¡Olvida al mundo y toda su impiedad!

Tu amor es un panal de mil abejas,
el candor que derrite toda nieve,
mi blanca luz, mi vasta eternidad.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Oscuro amaneció... (Soneto)


Oscuro amaneció...

Oscuro amaneció sin ti mi lecho,
el arca de mi luz quedó vacía;
al transcurrir el tiempo todavía
oigo un funesto réquiem en mi pecho.

¡Ah, cuántas noches bajo el mismo techo,
mientras sólo el amor nos consumía,
entonces yo era tuyo y tú eras mía
como dos fieros tigres al acecho!

Lo vivido al olvido se resiste,
al haberte tenido y no tenerte
sólo me quedan lágrimas y llanto.

Es así que la pena aún subsiste.
¡Tan poco pude hacer por retenerte!
¡Cómo te extraño, amor! ¡Te extraño tanto!


Difícil es decir adiós… (Soneto)


Difícil es decir adiós…

Difícil es decir adiós… ¡Oh, vida!,
¿acaso no lo sabes, no lo intuyes?
¿Por qué en un último arrebato huyes
y me dejas el alma dolorida?

Nada queda después de tu partida,
¿acaso no lo piensas, no lo arguyes?
Ni las estrellas, astros o cocuyes,
alumbrarán mi cara entristecida.

Difícil es decir adiós… lo sé.
¡Ay qué frágiles somos, niña mía!
¡Ay, sí que somos frágiles los dos!

Poco importa el motivo o el porqué.
Y aunque te quiera y ame todavía,
te digo adiós, amor, amor… adiós.



lunes, 4 de agosto de 2014

La despedida de los amantes (Soneto)



La despedida de los amantes

Tal vez perdure sórdida la diana,
glacial y agudo el viento lastimero,
el sincopado y tórrido aguacero,
el mismo albor sobre la tierra grana.

Tal vez persista triste esta mañana
y eterno sea el eco postrimero
al verte caminar por el sendero
y te confundas más y más lejana.

No olvides recordar lo que vivimos,
los límpidos y diáfanos instantes,
mientras el corazón no tuvo dueños

más que sólo el amor de lo que fuimos:
amigos, novios, cómplices, amantes,
insaciables de amarse hasta en los sueños.



En la penumbra... (Verso blanco)


En la penumbra...

En la penumbra, daga de mil hojas,
distanciado del sueño me descubro,
ausente de la vida me reencuentro.
Y sólo soy yo, soy yo solo,
como el gusano que devora al fruto
con la ciega torpeza del hambre y el instinto,
con la triste piedad
de un espejo cubierto por el polvo.

De ningún tiempo son las horas
ni son las sombras de ninguna carne.
Entre los densos grumos de los cipreses,
siendo ingrávidas flores de abandono,
los purpúreos cuervos
guardan la eternidad bajo sus alas.

¡Oh pálido tu rostro! ¡Oh trémulos tus labios!
Mientras duermes… tus sueños son la muerte.
La muerte que despierta y entreabre sus ojos
para entregarte desnuda 
a los lóbregos brazos de la noche.

En la silente calma de la alcoba:
mana la roja sangre de tu piel de cristal, 
todos los dioses maman de tus pechos,
las estrellas cual hombres se postran a tus pies.





Algo se fue contigo y tu partida... (Soneto)


Algo se fue contigo y tu partida...

Algo se fue contigo y tu partida,
cual si una estrella abandonara el cielo,
dejándome un oscuro desconsuelo
y la orfandad del alma enceguecida.

Algo se fue en la seca arremetida
de las horas y el tiempo en fiero duelo
como si separaran con recelo,
carne y huesos y sangre de mi vida.

¿A dónde va el amor?, ¿a dónde va?
Quizá como las olas a otro puerto
o como las palomas a otro nido.

¿A dónde va el amor?, ¿a dónde irá?
Quizá como la arena hacia el desierto.
Simplemente se va, se va… se ha ido.



miércoles, 30 de julio de 2014

Nuestras viejas sombras (Cuartetos alejandrinos)


Nuestras viejas sombras

 Son nuestras viejas sombras, nuestras largas ausencias,
los pálidos fantasmas de un hombre, una mujer,
las que al pasar el tiempo quedan en el ayer 
como flores marchitas que pierden sus esencias.

Son nuestras dos siluetas las que dibuja el viento,
las que aún de la mano caminan por la playa,
las que miran la mar que poco a poco calla
y esperan las estrellas dorando el firmamento.

Tanto fue nuestro amor que amamos con exceso
como una hoja cae por peso del rocío,
como un hielo que parte el látigo del frío
o como se extravía un beso en otro beso.

¡Qué dolor la amargura, qué dolor la condena
de atesorar recuerdos en la urna de mi pecho,
mientras camino solo por un oscuro trecho,
y tristes olas borran mis huellas en la arena!


martes, 22 de julio de 2014

No es amor... (Soneto)


No es amor...

No es amor sólo vil divertimiento
lo que no logra encarecer la llama;
el agua que del cielo se derrama
la sed no calma, deja más sediento.

¿Acaso en tu orgulloso pensamiento
no escuchas que mi alma triste clama
como hoja que cae de su rama
y muere dando tumbos en el viento?

¡Puedes reír!, ¡reír gozosamente!
Ir y venir, llegar, partir mañana;
sabiendo que no pierdes mi querer.

Ten cuidado con ser indiferente
porque afuera, atizando tu ventana,
con tus ojos también verás llover.


jueves, 17 de julio de 2014

Nocturno de la mirada (Soneto)


Nocturno de la mirada

Contemplando los astros en el cielo,
bajo la fría noche despoblada,
con sed eterna, turbia la mirada,
busca secar las aguas del consuelo.

Cansadas las pupilas de recelo,
con el dolor y la tristeza en riada,
no encuentran más que carne lacerada
por la sombra del tiempo y su flagelo.

Nada saben las lágrimas del mar
ni sabe el hombre lo que el hombre hilvana;
nada los vivos del que yace muerto.


Nada saben los ojos del lugar
donde la oscuridad de luz se ufana.
Yo no sé nada... nada sé de cierto.


miércoles, 16 de julio de 2014

Revelación (Sonetillo)


Revelación

¡Qué claridad de tu seno
que aflora blanco de nieve!
Monte de sutil relieve
que luce de oropel pleno.

Atril de tallado heleno
a mostrar desnudo atreve
su perfil de canto breve
por el escarcho sereno.

¿Qué sabor ya me revela
el fruto terso en tu lecho
de luna a luna, enlucido?

¿Será el sabor a ciruela
que resbala hasta tu pecho
del árbol de tu latido?



jueves, 3 de julio de 2014

En constantes sueños (Soneto)


En constantes sueños

Siempre en constantes sueños sin consuelo,
mientras el cuerpo es la ventana abierta
por donde el alma a escapar acierta
como si un ave levantara el vuelo.

Más grande, más profundo es el anhelo,
más dura, más feroz es la reyerta,
por sustraerte de la noche incierta
que te aprisiona con ardor y celo.

Mi amor siempre te aguarda, no perece.
En mi memoria tu recuerdo existe
como un lazo irrompible entre los dos.

Cuando ya estoy despierto y amanece,
en la realidad amarga, triste,
siempre, siempre te vas… dices adiós.



lunes, 30 de junio de 2014

El tiempo nos acosa... (Soneto)


El tiempo nos acosa...

El tiempo nos acosa y nos acosa,
hora a hora, segundo tras segundo.
¿Cuán macabro es su gesto furibundo?
¿Cuán negruzca su sombra veleidosa?

Que nada nos perturbe ni una cosa…
si el suelo deja o no de ser fecundo,
si gira o se detiene el ancho mundo
o si pierde sus pétalos la rosa.

Olvídate de toscas manecillas, 
de números, carátulas, perillas.
Te suplico que al fuego los arrojes.

Mujer, despójate de todo velo,
deja caer tus ropas en el suelo,
amémonos sin prisa ni relojes.


Ni bola de cristal ni hechicería (Soneto)


Ni bola de cristal ni hechicería

No precisé de encantos ancestrales
ni de la unión de estrellas o planetas,
no requerí de estériles ruletas
ni de turbios consejos espectrales.

No intervine en insólitos rituales
ni fui secuaz de brujeriles tretas,
no requerí de pócimas escuetas
ni de augurios, oráculos, señales.

Nada me hacía falta ¡Nada… nada!
Ni bola de cristal ni hechicería,
ni esotéricas cartas que tender.

Al encontrar tu mágica mirada
mi corazón profético sabría
que eras mi amor, mi vida, mi mujer.



miércoles, 25 de junio de 2014

Paraísos oxidados (Verso libre)


Paraísos oxidados

De tu mano
he conocido el desierto
con sus peces de morfina.
El filo de las cuerdas de la guitarra.
La hondura del abismo
que hay en la simple taza de café.
Hemos ido y venido
por encuentros y desencuentros,
entre párpados y avenidas,
a tiempo y destiempo,
calle por calle, paso a paso.
Le hemos robado la virginidad a la luna
en la noche siamesa.
Le hemos devuelto la castidad al sol
en el día huérfano.
Hoy, hemos caminado en círculos
por el cuadrado ojo a punta de pistola.
Hoy, de tu mano,
he conocido los paraísos oxidados
con los que sueña, en sus pesadillas,
el hombre de lata.




martes, 3 de junio de 2014

A ella... (Verso libre)


A ella...

De ella puedo retomar
el ala de un beso y decirle
que entre mis labios y sus labios
no hay cielos ni distancias.
Puedo decirle
que mi latido con su latido
pueden crear un alfabeto, un idioma,
pueden tatuar palabras en el aire.

Puedo retomar y decirle
que un solo verso puede desnudarla
mejor que mis torpes manos,
que una sola rima puede recorrerla toda
más rápido que mi febril mirada,
que todo un poema puede penetrar
hasta su ser y hacerla gemir.

A ella puedo decirle
que el remanso de la noche
hace sus pupilas más luminosas,
que mi corazón se siente trepidante
con la primavera de su sonrisa,
que mi alma se agita como un pez
entre las redes de su belleza.

A ella, a mi lado,
puedo decirle sin agravios
que ni por mucho soy un buen poeta.
Pero que simplemente
verter mis besos sobre su piel desnuda
ya me sabe a mi mejor poesía.

lunes, 2 de junio de 2014

Cenzontles (Verso libre)


Cenzontles

Desde hace años y cada mañana,
los cenzontles de mi pecho se sueltan 
y hacia el balcón de tu oído van. 

Su canto de vuelta viene 
y de vuelta regresa, una y otra y otra vez.
Sus picos se han convertido 
en un volcán de lágrimas, 
en el yacimiento y el pálpito del sollozo, 
en los clavos que clavan la pena.
Sus plumas son el henequén
que ciñe la albura azul de la nostalgia,
la premura a sal de la melancolía,
las campanas nupciales de la tristeza.
Sus alas son una casa deshabitada,
los pasos que desandan el camino,
los retratos carcomidos y por carcomerse,
mirándose a ciegas.

Sus cuerpos son el fruto de la noche: 
hijos míos e hijos tuyos.
Hijos nuestros y de nuestras ateridas sombras,
heridos por infinitas azagayas de soledad.


miércoles, 28 de mayo de 2014

Insomnio de amor (Soneto)


Insomnio de amor

No consigo dormir en esta noche.
Tengo el alma de mil suspiros llena
como una tempestad que no serena
como una cabellera sin un broche.

Me miran las estrellas con reproche,
la luna con su esmalte me encadena,
desfilan los minutos por docena,
marchan las horas en fugaz derroche.

¡Oh, niña, cuánto… cuánto te querré!
Que el corazón con fuerza, con empeño,
se mantiene en vigilia y sin abrigo.

¡Ah, vaya que el amor es buen café!
Pero si logro conciliar el sueño,
¿acaso… acaso soñaré contigo?



Tu boca es mi boca (Verso libre)


Tu boca es mi boca

Yo sé que tu boca es mi boca
y de tu boca bebo, amor, la pulpa de la vida,
el rocío de la carne, el vino de la dulce existencia.

En tu boca descansan, amparados,
los versos que bullen en mi sangre,
los poetas que se entrelazan en mi espíritu.
En el geométrico mundo de tu boca
resplandecen los crepúsculos y los amaneceres ,
mi sed se despierta con tu sed
y se hace mar y viento al verbo.

Yo sé que tu boca es un espejo
donde mis labios reflejan siempre tus labios;
un espacio, un cosmos, un universo,
donde cerramos nuestros ojos, frente a frente,
donde fundimos nuestras almas, poco a poco,
donde nos acercamos un revólver a la sien
y disparamos a nuestra insípida memoria
para recordar un beso con otro beso.


martes, 27 de mayo de 2014

Entre tus piernas (Soneto)


Entre tus piernas

Entre tus piernas crece un fruto rojo,
cerrado como un párpado divino,
que si más se abre más devela un ojo
con el candor de un astro adamantino.

Tú me otorgas la llave del cerrojo
de su febril mirada, y leonino
la robo, la sustraigo, te despojo
de su luz en mi cetro masculino.

En ti mi sangre hierve de deseo.
Y no hay noche, horizonte, desenlace,
donde apague el fanal de mi entusiasmo.

Pues es sólo en tu sexo donde veo
al fénix de la vida que renace 
de las tibias cenizas del orgasmo.


Cada vez que te miro... (Soneto)


Cada vez que te miro...

Cada vez que te miro, niña mía,
entero tu cariño, su pujanza,
en un torrente por mi sangre avanza
como un corcel en loca algarabía.

Tu mirada es la límpida alegría
que dan las cosas simples, es la danza
de la luna y la mar, es la esperanza
del mañana, es la suave melodía...

Mientras en tu mirada me recubro,
aumenta la codicia de quererte,
el deseo de más y más amarte.

Cada vez que te miro redescubro
la bondad de la vida por tenerte,
su gracia por la dicha de mirarte.


lunes, 26 de mayo de 2014

En esta noche, mar, en esta noche... (Soneto)


En esta noche, mar, en esta noche

En esta noche, mar, en esta noche
en que mi espíritu es apenas nada,
en que la soledad es fría espada
y la tristeza un lacerante broche.

No me castigues con ningún reproche,
no me acuses con gélida mirada,
guarda silencio, quédate callada,
deja que el vino corra con derroche.

¡Arráncame su amor sin rechistar!
Llévatelo en tus olas al pasado,
sepúltalo en tu fondo con empeño.

En esta noche… en esta noche, mar,
que toda la pasión de haberla amado
se transfigure en un profundo sueño.



Triste está la poeta (Soneto alejandrino)


Triste está la poeta

Para Alejandra Pizarnik

Al pie de su ventana, brilla la luna llena,
siendo una tosca espina penetra por su pecho,
vaga de nube en nube por un camino estrecho
al cielo de sus ojos con desamor y pena.

¡Qué voraz la distancia! ¡Qué voraz la condena!
Al contemplar las sombras que danzan en el techo,
mojando con sus lágrimas las sábanas y el lecho
como mojan las olas la orilla de la arena.

Triste está la poeta, su corazón disperso;
no obstante, poco a poco, en la hoja vacía,
reanima su pluma, reaviva su ser.

Esboza una palabra, osada escribe un verso,
su negra pesadumbre se torna poesía.
¡Como una mariposa renace la mujer!


viernes, 23 de mayo de 2014

Cúbreme con tus besos (Verso blanco)


Cúbreme con tus besos

Cúbreme con tus besos, bienamada.
Muerde mi cuerpo con tus dientes locos,
tatúame tu lengua de volcán,
siembra en mí tus claveles espumantes.

Dejar caer tus besos, ¡todos… todos!,
cual si fuesen guitarras y canciones,
cual si fuesen colinas y veranos,
cual si fuesen la luz de mil estrellas.

Nunca dejes que falten en mi boca
como el pan en la mesa, como el agua
en el cuenco o la vianda sobre el plato.

¡Niña, si muero, cúbreme de besos!
Desperdiga mis huesos y mi carne,
pero en tus labios atesora mi alma.


Tal cual eres (Soneto)


Tal cual eres

Cuando te miro, miro al mar y al viento,
la inocencia del campo con sus flores,
la nieve en la montaña y sus albores,
la pureza del calmo firmamento.

No requieres tocado ni ornamento,
ni un vestido de heráldicos colores,
ni caro maquillaje ni rubores,
ni perfumarte con celoso tiento

¡Eres hermosa, hermosa, bienamada!
No necesitas de cristal o espejo,
mucho menos de vanos quehaceres.

Si prestas atención a mi mirada
te encontrarás desnuda en su reflejo
y verás que te amo tal cual eres.


lunes, 19 de mayo de 2014

Sueño de cristal (Soneto)


Sueño de cristal

La noche te cobija con su manto.
Estás exhausta, ausente, ensimismada,
en charla íntima con la almohada,
eres puerta cerrada a cal y canto.

Dormida tienes el candor y encanto
de una fina princesa embelesada
que espera deseosa ser besada…
¡Y cuánto quiero yo besarte, cuánto!

Paso tras paso la distancia acorto;
pero desisto, quedo inmóvil, quieto,
sin transgredir un límite abisal.

Mejor te veo, te contemplo absorto, 
solamente mirándote en secreto,
velando por tu sueño de cristal.


martes, 13 de mayo de 2014

Tenía la belleza por fortuna... (Soneto)

" Tenía la belleza por fortuna;
tenía un cielo azul por hospedaje..."
José García Nieto

Tenía la belleza por fortuna...

Tenía la belleza por fortuna,
un cuerpo de paloma ruborosa,
una ondulante cabellera bruna,

una boca de hoguera temblorosa.

Tenía en las pupilas a la luna,
sobre los senos una mariposa,
en el alegre ombligo una aceituna,
en el rizado pubis una rosa.

La juventud tenía por bandera,
un alma soñadora por encanto
y cierta intrepidez por privilegio.

Sí, de verdad que muy hermosa era
y con cariño la recuerdo tanto.
¡Dulce amor de mis días de colegio!